El anuncio de la NASA sobre un descubrimiento de astrobiología «que impactará en la búsqueda de pruebas de vida extraterrestre» desató una ola de especulaciones
Con cuatro días de anticipación y buenas dosis de misterio, la NASA anunció a principios de semana algún tipo de descubrimiento importante relacionado con algo alienígena. No adelantó el descubrimiento de Felisa Wolfe-Simon y sus colegas, pero levantó las máximas expectativas al convocar, a través de su servicio de noticias, una conferencia de prensa sobre «un hallazgo de astrobiología que impactará en la búsqueda de pruebas de vida extraterrestre». Esto, dicho por escrito, desde luego no pasó desapercibido.
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La descripción y detalles del hallazgo estaban sujetos a embargo (noticias que se adelantan a los periodistas pero no se pueden divulgar hasta la fecha fijada por la fuente) por parte de la prestigiosa revista científica Science, como es normal en todos sus números de la edición semanal. Con esta condición, solo los medios autorizados pudieron comprobar que el artículo firmado por Wolfe-Simon no contenía ni una palabra o referencia a vida extraterrestre o siquiera su búsqueda.
Pero los rumores de este tipo, una vez puestos en marcha, no se detienen fácilmente y alcanzan enseguida cotas admirables de amplitud y especulación. Así, se ha llegado a decir esta semana que el anuncio de vida extraterrestre por parte de la NASA pretendería desviar la atención mundial volcada en Wikileaks y la filtración de los documentos del Departamento de Estado estadounidense.
La bola de nieve ha ido creciendo hasta tal punto que la misma revista Science -y esto sí que es poco corriente- se ha visto obligada el pasado miércoles a enviar a todos los suscriptores de sus comunicados embargados un mensaje aclarando que «las especulaciones, mayormente erróneas», acerca de estos resultados que se iba a presentar ayer jueves «claramente no se basan en la investigación revisada y evaluada [por los expertos] en Science».
La verdad es que ni el artículo científico de cuatro páginas, titulado Una bacteria que puede crecer utilizando arsénico en lugar de fósforo e indudablemente interesante, ni la nota de prensa de Science, ni siquiera el resumen de divulgación para niños que suele hacer la revista en casos relevantes, decían ni una palabra de vida extraterrestre. En la comunidad científica empezó a cundir la curiosidad, pero también el recelo sobre el misterioso hallazgo.
La NASA anunció en 1996 el hallazgo de pruebas de la existencia de vida en Marte identificadas en un meteorito procedente de ese planeta y encontrado en la Tierra. En aquella ocasión presentó el descubrimiento, publicado en Science, el mismísimo director de la NASA, Daniel Goldin (esta vez no estaba anunciado en la rueda de prensa ningún alto cargo de la agencia). Después se cuestionó la interpretación de los datos del meteorito, se reanalizó y finalmente los científicos constataron que no había pruebas concluyentes de vida extraterrestre.
La rueda de prensa fue finalmente moderada en comparación con el sensacional anuncio, pero la cuestión es si la agencia espacial estadounidense está abusando en su propio interés del que viene el lobo en esto de encontrar rastros de seres vivos en otros mundos.
Via: El Pais
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