“Pocas cosas… Pocas cosas hay peores que la enfermedad terrible que se llama el mal de amores, que hay quienes que sufren lo disfrutan. Cuando ud está enfermo del mal de amores, a ud le da por encerrarse en 4 paredes y no querer saber de nadie… de nadie, a ud le da por escuchar música tranquila y a ud le da por extrañar también. Pero por sobre todas las cosas, a ud le da por  guardar en su pecho la esperanza firme de soñar que la persona que se fue y a la que ud extraña se la este pasando igual de jodido que se la está pasando ud… Pero siempre viene algún amigo ingrato a decirle que vio a esa persona, que la vio muy bien, que está muy contenta… y a ud no le gusta eso. Entonces ud puede arrancar… ud puede arrancar a escribir cosas… cualquier cosa… escribe cartas… y arranca a escribir cartas un poquito inspiradas en ciertas partes del cuerpo… empieza por  el hígado, hay mucho rencor ahí… entonces son cartas que no se las puede mandar a nadie. Pero el tiempo ayuda mucho a la nostalgia y entonces un día de tantos ud se despierta y empieza a canalizar la nostalgia con otros órganos de su cuerpo mucho más sensibles… y podría arrancarse un día a escribir algo que pudiera ser por ejemplo: Te conozco… desde el pelo…»